En general, la práctica de yoga es de por sí terapéutica. La ejercitación del cuerpo y la meditación como práctica habitual, suponen una vía muy efectiva hacia el equilibrio físico y la armonización mental.
El Yoga está basado en el conocimiento de la anatomía y fisiología del cuerpo humano, para adaptar la práctica en función de las características biomecánicas y patológicas del alumno, tratándolo de manera individual.
Se busca la mejor alineación corporal, usando elementos como el ladrillo, para una mejor ejecución de la postura de Yoga.
El objetivo del yoga y su filosofía es mucho más simple de lo que pensamos: es tan simple que a nuestra compleja mente le cuesta entenderlo. Se trata de llegar a entender y a dominar tu mente, de modificar la pauta de que sean los pensamientos los que te controlen a ti, y ser tú quién controle tus pensamientos, y de esta forma, entrenar mente y cuerpo, para vivir la vida de forma más consciente.
¿Resultado? Paz interior.
La práctica física del yoga ayuda a concentrarse, a traer conciencia sobre tu cuerpo y tu respiración, teniendo unos beneficios increíbles para la salud. Sensación de ligereza en el cuerpo, el equilibrio del sistema nervioso, la estimulación del sistema digestivo, ayuda a limpiar y eliminar toxinas, rejuvenece las células de todo el cuerpo, oxigenándolas,incrementa la capacidad pulmonar. Fortalece la musculatura de espalda y abdomen, mejora la postura, libera el dolor de cuello y espalda, y un sinfín de beneficios más.
Y lo mejor de todo: es una disciplina que se adapta a cada persona y sus circunstancias, ogreciendo en cada momento lo que cada persona necesita. Existe un yoga para cada persona. Simplemente es una cuestión de encontrar aquel estilo que va bien contigo y con lo que tú necesitas en cada momento de tu camino.